lunes, 2 de julio de 2007

Annie Hall


A lo largo de la película Woody Allen nos muestra un estudio psicoanalítico de las relaciones de pareja. Intenta encontrar la explicación de por qué se llega a ese momento en el que todo es mal humor que provoca intolerancia con el otro.

Para ello sigue la evolución desde el comienzo, donde todo es perfecto, ambos se admiran y aprenden el uno del otro, se halagan, ven lo positivo en el otro y la vida sexual es activa. Sin embargo, conforme avanza la relación empiezan los defectos, inseguridades, comienzan a minusvalorarse, y la actividad sexual se vuelve mecánica y monótona, pasando a desaparecer.

Pasan de admirarse a criticarse. Annie deja de sentirse inteligente al lado de Alvie y eso le provoca un enorme sentimiento de inferioridad e inseguridad. Sin embargo, esta inferioridad se vuelve más grande cuando se separan. Ello se demuestra en la escena en la que ella llama a Alvie de madrugada para pedirle que vaya a su apartamento porque tiene una emergencia, que resultan ser dos arañas en el baño. En ese momento ella se da cuenta de cuánto le necesita y reanudan la relación. Es el sentimiento de “ni contigo ni sin ti” que provoca una relación de esas características, en la que ambos se quieren, pero no logran llevarlo a la práctica correctamente.

Vuelve entonces la felicidad uno al lado del otro. El volver a aprender, a admirarse... Hasta que ella deja de divertirse a su lado. Él actúa como freno para ella. Annie intenta divertirse, experimentar cosas nuevas, conocer gente, aprender. Pero Alvie tiene esa sensación de saber lo que tiene que saber y no tiene ese afán de experimentar. De esta forma, los dos se dan cuenta de que la relación ha llegado a su fin. Recordarán lo que han aprendido juntos, lo que han vivido, pero ya no volverán a ser una pareja.

Esta vez será Alvie el que decida reanudar la relación, pero Annie ya se ha dado cuenta de que no hay salida posible. Les quedará el hermoso recuerdo de lo que han compartido, de lo que han aprendido. Incluso descubrirán que lo que antes detestaban en su pareja, ahora les gusta (“Cuál fue mi sorpresa al ver que ella le llevaba a ver el documental 'La pena y la piedad'. Lo tomé como un triunfo personal”).

Tiendo a pensar que cuando estamos con alguien nos acostumbramos demasiado rápido a lo bueno así que empezamos a fijarnos demasiado en los aspectos negativos. Y solo cuando perdemos a esa persona nos damos cuenta de la cantidad de cosas positivas que tenía. Deberemos aprender a llegar a un equilibrio.

Toda esta historia está relatada bajo la estética que caracteriza a Woody Allen. Él es un comediante neurótico neoyorquino, un ser obsesivo, que ve en todo el que le rodea tintes de antisemitismo. Psicoanaliza hasta el menor detalle de todo lo que le sucede, así como lo que le sucede a las personas que están con él. Y ella es tan neurótica como él.

En esta comedia, Woody Allen juega con las reglas cinematográficas introduciendo métodos por aquel entonces novedosos, como el hecho de que en determinados momentos los actores hablen directamente a la cámara, dirigiéndose a nosotros; también hay cambios en el tiempo en los que los propios personajes son espectadores de su pasado.

Ganó cuatro Oscar, a la mejor película, mejor director (Woody Allen), mejor actriz principal (Diane Keaton) y mejor guión original.

“Doctor, mi hermano está loco. Cree que es una gallina. Y el doctor responde: pues por qué no le mete en un manicomio? Y el tipo le dice: lo haría pero necesito los huevos. Pues eso más o menos es lo que pienso sobre las relaciones humanas ¿saben? Son totalmente irracionales y locas y absurdas pero supongo que continuamos manteniéndolas porque la mayoría necesitamos lo huevos”.






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