miércoles, 26 de septiembre de 2007

Vivir como un mutilado 1


Yannis Kontos, Grecia


Entre 1991 y 2002, la República de Sierra Leona sufrió las consecuencias devastadoras de una espiral de violencia civil y política derivada del conflicto provocado por los diamantes. A pesar de la firma del acuerdo de paz y la creación de un Tribunal Internacional de Crímenes de Guerra, la esperanza de vida es de 36 años. Cada niño que nace jamás recibirá ningún tipo de medicamento o vacuna. Sierra Leona sigue llenando los escaparates de las joyerías con diamantes por valor de 300 a 450 millones de dólares anuales, lo que lo convierte en uno de los países más ricos del mundo en reservas de diamantes. Sierra Leona es una nación extremadamente pobre con una terrible desigualdad en la distribución de la renta. Las personas que se benefician del régimen son cada vez más ricas mientras que la gente normal tiene la renta media más baja del mundo. Durante la guerra civil, murieron 75.000 personas y se calcula que otras 20.000 fueron mutiladas. Los rebeldes del Frente Revolucionario Unido (RUF) desarrollaron la espantosa táctica de cortar las manos o las piernas de los civiles como medio para aterrorizar a la población. Abu Bakarr Kargbo, de 31 años, fue una de las miles de personas afectadas por esta práctica.
Este es el ganador del premio Luis Valtueña de fotografía humanitaria. Durante estos días y hasta el 20 de octubre, Civican acogerá esta exposición. Os recomiendo que os acerquéis a verla porque algunas de las fotografías cumplen con el dicho de "una imagen dice más que mil palabras".

Caída

Y me vuelvo a caer desde mí mismo
Al vacío,
A la nada.
¡Qué pirueta!
¿Desciendo o vuelo?
No lo sé.
Recibo
El golpe de rigor, y me incorporo.
Me toco para ver si hubo gran daño,
Mas no me encuentro.
Mi cuerpo ¿dónde está?
Me duele sólo el alma.

Nada grave.

Ángel González

lunes, 17 de septiembre de 2007

Despabilate amor

Despabilate amor, Mario Bennedetti

"SEGÚN la última encuesta sobre Condiciones de Vida elaborada por el INE sobre el año 2004, un 12,7% de la población navarra se encuentra por debajo del umbral de pobreza (lo que supone en torno a unos 72.000 navarros). Un umbral definido por la Unión Europea como el 60% de la media de los ingresos por unidad de consumo de las personas, es decir, tener unos ingresos por persona inferiores a 6.278,7 euros.
Como le suele gustar afirmar al Gobierno de Navarra, se podría decir que este dato no es tan preocupante a la vista de los datos comparativos con el conjunto del Estado, pues en este caso alcanza el 19,9% la población por debajo de dicho umbral de pobreza. Sin embargo, si vemos las personas que mayoritariamente copan esta dura estadística y las no tan difíciles soluciones de mejora a aplicar, no podemos decir sino que se trata de una autocomplacencia grotesca de cara a las personas que padecen el estar por debajo de dicho umbral de pobreza."
Txema Mauleón en Diario de Noticias, el 6 de noviembre de 2006

domingo, 16 de septiembre de 2007

Domicilio privado

Domicilio Privado es una película dirigida por el italiano Saverio Costanzo y basada en un hecho real que el propio director presenció. Con esta película ganó la Espiga de Plata y he de decir que totalmente merecida.

Nos cuenta la historia de Mohamed, un profesor, padre de cinco hijos, que vive en una casa a medio camino entre un pueblo palestino y un asentamiento judío. Esta casa acaba convirtiéndose en un lugar estratégico así que el ejército judío decide ocuparla. La divide en 3 partes: el salón, donde pasan la noche; el resto de la planta baja, donde pueden estar por el día; y la planta de arriba a la que tienen prohibido subir.

Con esta ocupación, cada familiar reaccionará de diferente forma: unos querrán huir a un lugar seguro, otros querrán resistir usando la violencia si es necesario, otros querrán vengarse, pero se impondrá la decisión del padre: una resistencia no violenta.

“- Como vuelvan a destrozarlo se van a enterar.
- Si vuelven a destrozarlo, volveremos a arreglarlo. Y si vuelven a destrozarlo otra vez, volveremos a arreglarlo otra vez. Hasta que se cansen.”

Mariam, la hija mayor, de 17 años, es la única que apoya a su padre en la resistencia, pero lo hace desde un punto de vista muy distinto al de su padre:

“- Quiero quedarme en mi habitación. No voy a encerrarme. No quiero bajar otra vez por su culpa. No voy a hacer lo que ellos me digan.
- Mariam, mete tus cosas en una maleta y baja ahora mismo.
- ¿Por qué?
- Porque yo lo digo. Es lo mejor para todos.
- ¿Por qué no les hacemos frente de una vez? No podemos quedarnos aquí con los brazos cruzados.
- Quedarse aquí es hacerles frente. Es nuestra forma de luchar. No solo se les hace frente con armas.
- ¿Esto es luchar? ¿Qué estamos haciendo papá? Quedarnos encerrados en una habitación mientras ellos se pasean por toda la casa como si fuese suya. Míranos. Mira nuestra familia. Tenemos que pelear. Tenemos que enfrentarnos a ellos. No dejaré que me traten como a un animal ni un minuto más. No soy cobarde. Me defenderé a tiros. Lo haré.
- Mariam, cobardes son las personas que solo conocen el lenguaje de la intimidación, aquellos a los que les gusta el olor a sangre y que creen que la única forma de resolver los problemas es a través de la violencia y la arrogancia.
- No soy cobarde y combatiré su fuego con fuego.
- Combatir fuego con fuego... hija mía, no enseñes los dientes si no puedes morder. Benditos sean quienes conocen sus límites y saben cuando parar.”

Mariam, en su intento por conseguir una solución, hace caso omiso a la prohibición y sube a escondidas al piso de arriba, escondiéndose en un armario. Desde esa rendija conocerá a los soldados que ocupan su casa, sus preocupaciones, sus sentimientos, su temor a ser atacados, sus dudas sobre lo que hacen ahí. Descubrirá que, al igual que ella, son seres humanos. Entonces comprenderá las palabras del padre y respetará la resistencia mediante la no violencia. Cuando todo parece estar volviendo a la normalidad, un intento de violencia amenazará con destruir lo que han conseguido con la paz.

El director pone a la cámara como un componente más de la casa, una persona ajena que observa a los demás, al igual que Mariam observa a los soldados. Es un intento de demostrar que la paz se puede conseguir mirando al vecino y descubriendo que son personas igual que nosotros.
Una solución pacífica, no violenta, a una guerra absurda que se podría haber evitado con un poco de humanidad y algo de sentido común.



domingo, 9 de septiembre de 2007

Algunos días en septiembre


Dirigida por Santiago Amigorena y protagonizada por actores de renombre como Juliette Binoche, John Turturro o Nick Nolte.

La historia se desarrolla en los días previos a los atentados del 11S. Irene (Juliette Binoche) tiene que reunir a Orlando y David, los dos hijos de Elliot (Nick Nolte) con quien trabajó hace 10 años, para ver a su padre, que lleva desaparecido 10 años para una y unos meses para el otro.

“¿Sabes lo que es la diplomacia? Pues ellos se dedican a lo contrario. Si la diplomacia es el arte de convencer para mantener la paz, ellos se dedican a conseguir la guerra.”

Bajo esta historia, el director nos ofrece una particular visión del 11S. (“¿Por qué te quitas las gafas? Porque me gusta verlo todo de forma distinta”). Una visión de una guerra provocada por intereses económicos y con previo conocimiento de las intenciones. Elliot ha tenido que huir ya que posee una importante información acerca de lo que va a pasar próximamente. Paralelamente a su trabajo de “espía”, se dedica a dar consejos de inversión a una fuerte empresa. A la vez que desaparece, aconseja a esta empresa retirar todo su dinero de Estados Unidos ya que prevé que la bolsa caerá en un 25% en unos días. Intrigados por saber el por qué de esta sugerencia, hacen lo posible por encontrar a Elliot y pedirle explicaciones. A la vez, Elliot también quiere reunirse con sus dos hijos e Irene. Y por otro lado, William Pound (John Turturro), un antiguo compañero de trabajo de Elliot e Irene, le persigue para matarle. En fin, un buen enredo de espías, pero al más puro estilo europeo, sin grandes pretensiones ni efectos especiales, donde predominan más las palabras que la acción.

Hace 10 años, Elliot dejó atrás, en Francia, una hija: Orlando, para irse a Washington e iniciar otra vida, con otra familia, y otro hijo: David. (“Es extraño ¿no creéis? La misma persona a un lado del atlántico tiene una hija que quiere matarle, le odia. Y al otro lado tiene un hijo que le quiere y que cree que es el mejor hombre del mundo.” “Hay muchas diferencias entre los dos lados del atlántico”). Santiago Amigorena utiliza a estos dos personajes opuestos para representar la postura de ambos países tras el 11S y la invasión de Irak, así como las diferencias entre ambos países.

“- Los americanos no te caen bien ¿eh? ¿por qué?
- [...] Porque sois paticortos. Porque os gusta Swachenager. Porque os cuidáis de vuestro cuerpo como si fuera una máquina y de vuestra inteligencia como si fuera un tomate. Porque os creéis que debéis salvar a la humanidad y ¡sorpresa!Lo que creéis que es bueno para la humanidad también suele ser bueno para vosotros. ¿Es suficiente o quieres más?
- [...] ¿Sabes? Te has dejado otras opciones. Puedes odiarnos porque nos gusta la comida basura. Porque tenemos miedo de caer enfermos. Porque estamos en contra del aborto pero a favor de la pena de muerte. Porque apenas follamos. Y porque la mitad de nosotros, bueno casi la mitad, votamos a George W. Bush. Pero verás, a mí que los franceses tengan un presidente prácticamente estúpido no ha impedido que me encanten.
- [...] Los americanos sois como los dinosaurios. Sois fuertes y creéis que vais a vivir y mandar eternamente. ¿Nunca te has preguntado por qué rodáis siempre películas de dinosaurios? Es porque os identificáis con ellos. Dentro de unos años, 20 ó 30, la gente intentará entender cómo un ejército tan poderoso llegó a desaparecer de forma tan insignificante.”

En mi opinión una buena película, con unas imágenes hermosas y sugerentes. Y unos actores de lujo, con una Juliette Binoche que se aleja de sus papeles melancólicos para interpretar a una mujer de una exquisita ironía; y John Turturro en un gran papel de neurótico que llama a su psicoanalista cada vez que fracasa en su intento de matar a Elliot.



viernes, 7 de septiembre de 2007

La Revista Negra. New Orleans for ever.


La revista negra ha estado este miércoles y jueves en Baluarte, dirigida por Jerôme Savary y con un elenco de bailarines, músicos y voces que ponían la piel de gallina en algunos momentos.

Un productor de espectáculos francés busca, entre los escombros de una Nueva Orleans destrozada por el Katrina, una bailarina negra que encarne el personaje de Joséphine Baker resucitando su Revista negra.

Bajo este hilo argumental, aprovecharán para hacer un mini-repaso por la historia de la esclavitud, de la dignidad de las personas, de la música negra y de la libertad. Cuando en el resto de países los negros eran apartados y discriminados, en Francia triunfó Joséphine Baker con una Revista Negra que en Pamplona causó grandes escándalos en 1930, con su falda de bananas.

La esclavitud se abolió, pero aún la tenemos de forma legal. Inmigrantes que llegan a nuestro país sin papeles y trabajan en unas condiciones pésimas, jóvenes que están empezando en el mundo laboral con contratos precarios sin poder exigir sus derechos como trabajadores porque serían despedidos inmediatamente, o no renovados. O la esclavitud capitalista, que nos hace perder nuestro tiempo de ocio trabajando como locos para poder pagar una “vida digna”, que lo único que hace es atarnos aún más con hipotecas y alienarnos como personas. Como dicen en la obra “Hermano, la esclavitud se abolió y yo sin enterarme. Eso tenían que habérmelo dicho.”

En su tiempo, Joséphine Baker causó grandes escándalos por su atrevida falda de bananas y salir medio desnuda a los escenarios. Hoy en día la cosa no ha cambiado tanto. Un desnudo en el escenario sigue causando escándalo y en muchos casos, desagrado. Seguimos teniendo las mentes cerradas a un arte diferente. Francia nos dio mil vueltas entonces, y nos las seguirá dando, porque nos estamos quedando estancados o dando pasos de tortuga.

Magníficos bailes y unas voces excelentes, acompañadas de músicos y unas imágenes que acompañaban la obra dotándola de intensidad. Pero de entre todas las voces me quedo con la de Allen Hoist, una auténtica voz de bluesman, que se te mete dentro del cuerpo casi sin darte cuenta.

sábado, 1 de septiembre de 2007

Payasos sin Fronteras



"Ya oyó su sentencia, así que tendrá que acostumbrarse a seguir escuchando la música radiofónica de la vida. [...] Debe aprender a reír, eso es lo que le exigimos. Debe comprender el humor de la vida, el humor negro de esta vida."

El Lobo Estepario, Hermann Hesse