domingo, 16 de septiembre de 2007

Domicilio privado

Domicilio Privado es una película dirigida por el italiano Saverio Costanzo y basada en un hecho real que el propio director presenció. Con esta película ganó la Espiga de Plata y he de decir que totalmente merecida.

Nos cuenta la historia de Mohamed, un profesor, padre de cinco hijos, que vive en una casa a medio camino entre un pueblo palestino y un asentamiento judío. Esta casa acaba convirtiéndose en un lugar estratégico así que el ejército judío decide ocuparla. La divide en 3 partes: el salón, donde pasan la noche; el resto de la planta baja, donde pueden estar por el día; y la planta de arriba a la que tienen prohibido subir.

Con esta ocupación, cada familiar reaccionará de diferente forma: unos querrán huir a un lugar seguro, otros querrán resistir usando la violencia si es necesario, otros querrán vengarse, pero se impondrá la decisión del padre: una resistencia no violenta.

“- Como vuelvan a destrozarlo se van a enterar.
- Si vuelven a destrozarlo, volveremos a arreglarlo. Y si vuelven a destrozarlo otra vez, volveremos a arreglarlo otra vez. Hasta que se cansen.”

Mariam, la hija mayor, de 17 años, es la única que apoya a su padre en la resistencia, pero lo hace desde un punto de vista muy distinto al de su padre:

“- Quiero quedarme en mi habitación. No voy a encerrarme. No quiero bajar otra vez por su culpa. No voy a hacer lo que ellos me digan.
- Mariam, mete tus cosas en una maleta y baja ahora mismo.
- ¿Por qué?
- Porque yo lo digo. Es lo mejor para todos.
- ¿Por qué no les hacemos frente de una vez? No podemos quedarnos aquí con los brazos cruzados.
- Quedarse aquí es hacerles frente. Es nuestra forma de luchar. No solo se les hace frente con armas.
- ¿Esto es luchar? ¿Qué estamos haciendo papá? Quedarnos encerrados en una habitación mientras ellos se pasean por toda la casa como si fuese suya. Míranos. Mira nuestra familia. Tenemos que pelear. Tenemos que enfrentarnos a ellos. No dejaré que me traten como a un animal ni un minuto más. No soy cobarde. Me defenderé a tiros. Lo haré.
- Mariam, cobardes son las personas que solo conocen el lenguaje de la intimidación, aquellos a los que les gusta el olor a sangre y que creen que la única forma de resolver los problemas es a través de la violencia y la arrogancia.
- No soy cobarde y combatiré su fuego con fuego.
- Combatir fuego con fuego... hija mía, no enseñes los dientes si no puedes morder. Benditos sean quienes conocen sus límites y saben cuando parar.”

Mariam, en su intento por conseguir una solución, hace caso omiso a la prohibición y sube a escondidas al piso de arriba, escondiéndose en un armario. Desde esa rendija conocerá a los soldados que ocupan su casa, sus preocupaciones, sus sentimientos, su temor a ser atacados, sus dudas sobre lo que hacen ahí. Descubrirá que, al igual que ella, son seres humanos. Entonces comprenderá las palabras del padre y respetará la resistencia mediante la no violencia. Cuando todo parece estar volviendo a la normalidad, un intento de violencia amenazará con destruir lo que han conseguido con la paz.

El director pone a la cámara como un componente más de la casa, una persona ajena que observa a los demás, al igual que Mariam observa a los soldados. Es un intento de demostrar que la paz se puede conseguir mirando al vecino y descubriendo que son personas igual que nosotros.
Una solución pacífica, no violenta, a una guerra absurda que se podría haber evitado con un poco de humanidad y algo de sentido común.



3 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues con vuestro permiso haré una reflexión desde la relativa ignorancia, porque no he visto la cinta y solo puedo basarme en lo que una persona de confianza me ha contado al respecto y en lo expuesto aquí por Thabitha;
Primero, que las tierras se pueden recuperar, y las casas reconstruir; Retirarse no es desde mi punto de vista una salida deshonrosa, no es lo mismo que huir. La vida (de hecho, su fin) es lo único que no tiene vuelta atrás, así que ante algunas situaciones tal vez sea mejor poner en principio tierra de por medio. Con voluntad ya habrá tiempo de recuperar lo perdido. Sin vida, no habrá modo alguno.
Segundo: Por mis ideales al menos yo estoy dispuesto a morir. A matar, desde luego que no. Y a dejar que alguien querido muera, menos todavía. Así que en mi caso si mis ideas me dictan llevar a cabo una resistencia no violenta, lo haría por mi cuenta y riesgo exclusivo (igual que si deseo hacer frente a la amenaza de un modo mas brutal), pero desde luego primero protegería a mis seres queridos y los desvincularía de mi lo mas posible. Exponerlos a ellos por defender mis ideas, eso me parece egoista. Y nocivo.
Así que teniendo estas dos premisas en cuenta, me parece loable el esfuerzo de Mohammed, tanto como peligroso, arriesgado y desconsiderado para con los suyos. Personalmente discrepo de su proceder. Preferíría en primer lugar retirarme de la casa, poner a salvo a mi familia, y despues ya hablaría con ella acerca de la actuación al respecto, pero desde la seguridad. Otra cosa sería si la "evacuación" no fuese posible (ahí entraría a jugar el "Que nadie quede atrás"), pero de poder hacerlo...
Dicho esto y esperando no haberme extendido demasiado, agradecer una vez más el esfuerzo por darnos a conocer títulos con tan buena pinta y tan bien comentados, de la anfitriona del blog. Educar, divulgar, mostrarnos las verdades y el mundo tal y como es.. es la única manera cierta de cambiar las cosas a mejor. Este es exáctamente el modo. Así que me quito el sombrero.

Antero dijo...

Yo tampoco he visto la película pero me gustaría verla. Parece muy interesante ¿Está en DVD?

Thabitha dijo...

¡Qué bien! Me encanta saber que animo a ver cosas ;D Gracias!
Sí, Antero, está en DVD. Espero que te guste y que la comentes aquí cuando la veas.
Un saludo a los dos!