viernes, 30 de noviembre de 2007

Falling - Lacuna Coil


I stand, looking my hand
I talk with these lines
That`s not the answer
I cry and now I know
looking the sky
I search an answer

So free, free to be
I`m not another liar
I just want to be myself… myself

And now the beat inside of me
is a sort of a cold breeze and I`ve
never any feeling inside
around me…

I bring my body
carry it into another world
I know I live… but like a stone I`m falling down

Damned, looking into the sky
I can feel this rain
right now it`s falling on me
fly, I just want to fly
life is all mine
some day I cry alone,
but I know I`m not the only one

I see that another day is gone
I don`t wanna die…
Please be here when I`ll arrive, don`t die… please





viernes, 23 de noviembre de 2007

La Sirena Varada, Alejandro Casona


“La sirena varada” es una obra de teatro escrita por Alejandro Casona en la época de preguerra. La crítica acusó a Alejandro Casona de defender una evasión de la realidad en un momento en el que precisamente se necesitaba todo lo contrario. Sin embargo, esta obra no es en absoluto escapista sino que plantea demostrar como esta fantasía está abocada al fracaso.

“No soy escapista que cierra los ojos a la realidad circundante... lo que ocurre es, sencillamente, que yo no considero sólo como realidad la angustia, la desesperación y el sexo. Creo que el sueño es otra realidad tan real como la vigilia”.

En “La sirena varada” un grupo de personajes pretende huir de una realidad decepcionante y dolorosa, creándose su propio refugio: un lugar en el que inventar una nueva vida, sin razonamientos ni disciplinas, que solo obedezca al poder de su imaginación.

“Encuentro que la vida es aburrida y estúpida por falta de imaginación. Demasiada razón, demasiada disciplina en todo. Y he pensado que en cualquier rincón hay media docena de hombres interesantes, con fantasía y sin sentido, que se están pudriendo entre los demás. Pues bien; yo voy a reunirlos en mi casa, libres y disparatados. A inventar una vida nueva, a soñar imposibles. Y todos conmigo, en esta casa: un asilo para huérfanos de sentido común”.


Un fantasma que quiere ser jardinero pero se entera de que está muerto y es Napoleón, una sirena que sale del mar en busca de su amado, un árbol imaginario que siempre se pone en medio, o un pintor con los ojos vendados son algunos de los personajes de este mundo irreal. Pero cuando se meta el amor de por medio, todo empezará a cambiar, porque cuando queremos a alguien, queremos saber la verdad y no vivir de sueños.

“Te quise al principio, porque parecías un sueño, y ahora me da miedo pensar que de verdad no seas más que un sueño y que te desvanezca la luz. Y es que te quiero... ¡Te quiero como no me imaginaba capaz de querer a nadie, con toda la fuerza de mis entrañas! Pero ¿quién eres?, ¿cómo eres de verdad?”.

Sirena es una mujer que, golpeada por la cruel realidad que le rodeaba, decidió refugiarse también en un mundo de fantasía. A lo largo de la obra, el único personaje que intenta devolver a la realidad a los demás es Don Florín, una persona que no entiende ese mundo de fantasía y que se propone curar a Sirena de su “locura”.

“- ¡La vida es tan piadosa con ella! Le dio, a cambio de esto, todo un mundo de fantasía para refugiarse en él. ¿Por qué se lo quita usted?
- Porque es mentira.
[...] – Mentirle, no; por dura que sea la verdad, hay que mirarla de frente. ¿Me oye Daniel? Por dura que sea. De nada sirve vendarse los ojos.”

El camino más fácil es huir de la realidad y refugiarte en un mundo de sueños. Es tan fácil como cambiar de canal cuando dan una noticia que no quieres ver, como girar la cabeza cuando ves algo que no te gusta... Pero, ¿pensamos en los demás cuando hacemos algo así?

“La razón... ¡Cómo la pides ahora! También antes pedías la locura, y cuando la encontraste no tuviste más que instinto para volverte atrás. [...] Pero pienso en aquel tu afán de deshumanizar la vida, y mira a los demás. Lo que para ti era un simple juego de ingenio era para ellos dolor, operabas sobre carne viva. Y no viste la locura de María, ni el hambre miserable de Samy, ni siquiera la tragedia pueril de ese pobre Fantasma que tenía miedo de su propia sombra y se moría de fe por los desvanes.”

Todo el enlace entre el mundo interior de los personajes y los hechos reales del exterior se realiza a través de una manipulación simbólica de la luz. La luz, en esta obra, es un personaje más: luces verdes y rojas que representan la fantasía, el sueño, lo irreal, y una luz blanca que representa lo real (“nada de luces verdes y rojas; esta luz blanca... y el sol mejor que nada”).

“La sirena varada” se autodenomina como comedia. Sin embargo, no es un humor explícito sino más bien irónico y rebuscado. Entrambasaguas lo define como “un humorismo de líneas y tintas finísimas, cuya autenticidad y nobleza de estilo se manifiesta en esa unión del verdadero humor de lo irónico y lo poético, de lo burlesco y lo sentimental”.

“Creo que cada vez se hace más urgente llevar al teatro las inquietudes, los problemas del mundo. Así fue siempre, y hoy menos que nunca tenemos derecho a entretenernos en los laberintos estéticos del arte por el arte. Grande es ser artista; pero necesario es servir..., y el teatro puede, debe, prestar espiritual servicio.” Alejandro Casona




Sirena Varada, Héroes del silencio


"Sirena vuelve al mar
varada por la realidad
sufrir de alucinaciones
cuando el cielo no parece escuchar..."

martes, 20 de noviembre de 2007

Andy Warhol

12 sillas eléctricas, Andy Warhol

"Se hace una y otra vez... Se reescriben todo el tiempo los libros de historia. Poco importa lo que se ha hecho. Todo el mundo continúa pensando lo mismo y cada año es más de lo mismo. Aquellos que más hablan de individualidad son los más propensos a las desviaciones y, en algunos años, probablemente serán lo contrario. Un día todo el mundo pensará solamente en lo que desea pensar y entonces probablemente todo el mundo pensará lo mismo; esto es lo que parece producirse."


ANDY WARHOL

Pistolas, Andy Warhol

miércoles, 14 de noviembre de 2007

La chica junto al flexo


La chica junto al flexo es, como su propio autor dice, “una obra que necesitó para ser escrita poco más de un mes y 31 años de experiencia vitales y escénicas”.

Una obra de teatro escrita por Víctor Iriarte, en la que relata la historia de un grupo de jóvenes de entre 25 y 26 años, en un entorno de ‘back stage’ de conciertos pop-rock.

Irene es una joven estudiante de doctorado en literatura, reservada, siempre a la defensiva y bastante misteriosa. Es ‘la chica junto al flexo’ iluminada por la luz de éste solo en parte, dejando oscuridad a su alrededor. Una mujer con actitud dura, incluso cruel a veces, con una fuerte coraza que protege como a su propia vida.

Comparte piso con Pedro, joven ‘guapete’, cantante del grupo musical Los Soviets. Es el prototipo de cantante que enamora a las quinceañeras. Su actitud es como la de sus amigos, sin embargo hay algo que le hace diferente. Quizá la seriedad que muestra a veces, o el intentar ponerse al nivel de Irene para poder mantener una conversación con ella. Sin embargo, no llega a conseguirlo, pero el hecho de intentarlo resulta enternecedor.

Sus amigos son los típicos coleguillas que, tal como dice Irene: “nunca he dicho que seas un ignorante. Ni Luis o Pau. Pero hay una cosa que me desagrada profundamente. Que os pavoneéis de vuestra ignorancia. Que presumáis de no saber nada; que descalifiquéis a la gente que hace o dice cualquier cosa interesante”. Sus intereses básicamente son la música, los coches, el alcohol y las mujeres (mujeres de ombligo, tanga ‘azul cielo’ y demás...).

Quizá sean personajes demasiado prototípicos, pero desgraciadamente existentes. En cuanto a Luis, amigo de Pedro, a pesar de su forma de ser, de sus bromas y estupideces, se le entreve una persona legal, de confianza, y un poco tonto que se deja llevar por los demás. Y eso es lo que hace que Irene se apoye en él y le coja cariño.

Según dice el propio Víctor Iriarte en la introducción, con esta obra “quería trasladar al ambiente juvenil ciertos mensajes que pienso que hoy están completamente fuera de onda: el deseo de saber para no dejarse manipular, la apuesta por superar las dificultades sin hacer pucheros, la ética del trabajo bien hecho, el esfuerzo honesto por construirse un lugar en el mundo... En definitiva, el rechazo de la mediocridad”.

Pero en ese intento de reflejar el ambiente juvenil cae en expresiones forzadas, que no encajan del todo bien en el entorno de los personajes (“Mola mogollón” o “pero entonces me estaba metiendo pastillas a mogollón”).

A lo largo de la obra consigue que la trama te enganche. Sin embargo, hacia el final, cuando el misterio se resuelve, cae en un momento de ‘ñoñería’ extrema que desaparece con la última escena, haciendo que no nos quedemos con ese sabor de boca empalagoso. La conjunción de personajes del presente y el pasado en una misma escena, diferenciados por la luz y su estatismo, le da un toque narrativo muy bueno y compensa otras partes más sencillas.

Espero con ganas el momento en el que se represente esta obra, porque estoy convencida de que pronto la podremos ver en los escenarios. Y, de hecho, creo que ganará más al ser representada.

lunes, 5 de noviembre de 2007

Los Persas de Bieito


Calixto Bieito puso en escena el viernes en Baluarte (Pamplona) su última obra: Los Persas, réquiem por un soldado. Basada en la obra de Esquilo, no queda nada del original; algo habitual en Bieito.

A modo de coro tenemos a un grupo de militares macarras cantando el ‘Soy el novio de la muerte’ a son de rock, y adelantándonos el trágico final de la protagonista.

Jerjes es una mujer con vocación militar que va a Afganistán con nuestro ejército en “labor humanitaria”, encontrando la muerte. Darío es su padre, angustiado por el fracaso del Atlético de Madrid y por lo que le pueda pasar a su pequeña. Como buen padre, no entiende por qué tiene que ser ella la que arriesgue la vida por la patria española.

Bieito nos habla de unos militares que van a un país en misión de paz y se encuentran con guerra, barbarie, muerte. Pero también nos habla de las atrocidades que el ser humano es capaz de cometer. Gente que ve las guerras como videojuegos, que utiliza la guerra para saciar su sed de morbo y perversión, porque “en una guerra puedes hacer lo que quieras, todo está permitido”. Nos dicen que están en misión de paz, que van a salvar a unos niños que están en un colegio, pero justo después nos hablan de matar, del peligro que esos niños tienen porque “podrían esconder una granada en sus pequeñas manos” “las guerras se hacen contra los niños”. Bieito intenta hacernos ver que el gobierno nos está vendiendo patrañas cuando manda soldados a Afganistán.

"Esta no es una tragedia sobre dioses y sus cábalas sino sobre simples y mortales humanos; sobre sus angustias, tristezas y lamentos por una guerra perdida y por sus soldados muertos; todos ellos con nombre y apellidos que es cuando los muertos duelen más ya que Los Persas es también una pieza sobre el exceso de soberbia de un país civilizado que intenta imponer su "tiranía" sobre otro".

Pero también es una tragedia sobre las familias de estas personas, que sufren por sus hijos, maridos, mujeres, padres, madres... sin entender qué están defendiendo.

Una gran obra antibelicista, con una voz de Natalia Dicenta digna de destacar, que en muchas ocasiones pone los pelos de punta. Y sin embargo, he de reconocer que es una obra dura, con descripciones estremecedoras, imágenes escabrosas. Pero, en fin, así es la guerra. “La guerra nunca acaba. La guerra es eterna”.