martes, 28 de febrero de 2012

Swimming Pool

Swimming Pool es una película dirigida por el francés François Ozon en 2003. Nos narra la historia de una escritora británica de novelas policíacas, Sarah Morton (Charlotte Rampling), que sufre un bloqueo ante su siguiente novela. Su editor y amante le ofrece la posibilidad de pasar unos días en su casa de Francia para poder reanudar su trabajo.

En la tranquilidad de este entorno, Sarah logra comenzar su siguiente novela sin interrupciones. Hasta que aparece Julie (Ludivine Sagnier), la hija de su editor.

Ambas son dos mujeres aparentemente opuestas, que acabarán complementándose. Sarah verá en Julie todo lo que ella añora y ya no puede tener, o eso cree. Juventud, exhuberancia, sensualidad y libertad sexual. Sarah será para Julie su creadora, su madre, su salvadora. Julie representa la libertad que Sarah perdió hace tiempo, al dejarse llevar por sus lectores dándoles lo que ellos querían. Gracias a ella logrará la libertad para crear lo que realmente lleva dentro, para ser ella misma y no lo que los demás quieren que sea.

La película se divide en dos partes claramente definidas. Una primera parte introspectiva, que se adentra en las emociones de los personajes y su psicología. Es una parte más lenta, pausada, en la que predomina la tranquilidad de la pequeña villa francesa. Y una segunda parte más superficial y rápida, en la que cobra protagonismo el género negro. Ambas partes se complementan con las personalidades de las dos protagonistas: la tranquilidad y el orden de Sarah, frente al descontrol y la superficialidad de Julie.

La película nos deja un final abierto, de libre interpretación, pero algo confuso. Nos da pocas pautas para dar un poco de luz a este final ambiguo.

Hay que destacar la interpretación de las dos actrices, así como el entorno en el que está rodada la película y su meticulosidad en muchas escenas.